Ese tambor

TAM-TAM, TAM-TAM

El sonido del tambor,
el que retumba en nuestro pecho,
el de la explosión original,
el latido cósmico.

TAM-TAM


El tambor de guerra,
acompañado por lanzas golpeando contra la tierra,
los rostros pintados de colores furiosos,
los arcos y las flechas listas para defenderse del invasor.


TAM-TAM



El tambor que cura,
el sonido que aleja la enfermedad y la muerte,
que exorciza los demonios,
que limpia el cuerpo y el alma.


TAM-TAM


El tambor que convoca la lluvia,
que llama a la fertilidad,
que provoca que la semilla crezca y el árbol de fruto,
que la vida continúe, que vuelva a salir el sol,
que tras la sequía vuelva la primavera y tras la noche el día.


TAM-TAM, TAM-TAM


El sonido del tambor,
de todos los tambores,
los antiguos y los presentes,
el palpitar rotundo de la tierra,
los tambores de todas las tribus del planeta,
los tambores golpeados por hombres y mujeres de todos los colores.

Y de pronto... el silencio.



El silencio de todos los tambores,
el absoluto silencio que permita escuchar el tambor más diminuto,
el palpitar más pequeño,
el deslumbrante: tam-tam, tam-tam, tam-tam, tam-tam...

No hay comentarios: